El período de adaptación, es el espacio de tiempo que transcurre desde que se produce la incorporación del niño al centro hasta que se encuentra plenamente integrado en él. Durante este período se pretende que el niño se familiarice con la escuela, tome contacto con sus compañeros y adquiera confianza en las personas que se ocuparán de él durante su estancia en la escuela.
Normalmente suele costar más la adaptación de los niños a consecuencia de que suelen ser edades comprendidas entre los 6 y los 18 meses, y este es el momento en el que el vínculo de apego se en encuentra en su máxima definición.
No hay una única estrategia válida que se pueda estandarizar
para todos los niños, pues cada uno tiene unas necesidades y una capacidad de
adaptación diferente, y por tanto, hay que respetarla. En cualquiera de los
cosas, será de vital importancia que las familias colaboren, se impliquen y
participen a lo largo del proceso.
Una vez explicada un poco la teoría, vamos a contaros casos
reales que vimos y nos llamaron la atención en la escuela infantil durante nuestro
período de prácticas. Y que es en realidad lo que pasa día a día en los centros
escolares.
Uno de los casos que nos llamó más la atención, fue el caso
de una niña de 2 años que se encontraba escolarizada en el centro desde que
comenzó el curso. Por lo que en la época de marzo cuando comenzaron nuestras
prácticas debería de encontrarse totalmente adaptada, pero no era así la niña
no había tenido un buen período de adaptación a consecuencia de que no asistía
de manera sistemática y regular a clase. Por lo que así nunca se terminaba de adaptar,
ya que cada vez que lo tenía casi conseguido dejaba otra vez de volver a venir y
perdía todo lo conseguido anteriormente.
Asiduamente la tutora hablaba con la madre para que la asistencia
a clase fuera más asidua, explicándola que así la niña lo pasaba fatal. Ya que
se pasaba desde que entraba por la puerta hasta que se iba llorando sin parar, vomitando
e incluso a veces paraba el ritmo habitual de la clase y perjudicaba a los demás
compañeros.
En este caso podemos ver claramente la importancia que tiene que
las familias presten especial atención a este momento, ya que los que luego se
ven verdaderamente afectados y perjudicados son sus hijos. Por lo que nosotras
como futuras maestras deberemos hacer especial hincapié en todos estos aspectos
y tendremos que ser las encargadas de concienciar y guiar a las familias
durante todo este proceso. Ya que, una buena adaptación desde el principio será
beneficioso para el niño en un futuro.
Otro de los casos que nos llamo la atención, fue el caso de
un niña de 7 meses que entró por primera vez a la escuela a finales de mayo,
por lo que fue ahí cuando comenzó su período de adaptación. Mientras que todos
los demás compañeros se encontraban ya totalmente adaptados, esta niña se
acababa de incorporar por primera vez a un centro, como es evidente debido a la
edad con la que contaba la niña desde que había nacido solo había estado con
sus padres y abuelos. Cuando la niña llego al aula, tanto la madre como las
educadoras pensaban que está iba a tener variedad de problemas para adaptarse. Por
lo que llegaron a mutuo acuerdo la madre y las profesoras y decidieron traerla al
principio 2 horas, a los pocos días al ver que la niña no extrañaba se quedaba
a comer y después venían a recogerla, y
finalmente se quedo toda la jornada escolar. Por lo que en cuestión de 15 días la
niña se había adaptado fenomenal.
Todo ello fue gracias tanto a las educadoras por ir haciéndolo
paulatinamente como a su familia que hacían todo lo que se le iba diciendo, además
que desde que comenzó la pequeña asistía asiduamente a la escuela.
Por lo que aquí, se puede ver claramente que si hay una buena
implicación por parte de las familias y las educadoras además las guían y orientan
durante todo ese proceso, el período de adaptación se conseguirá de manera
satisfactoria en un período muy corto de tiempo.
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