Las
personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen más
probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida.
Las
capacidades emocionales se pueden enseñar, para que los niños sean capaces de
manejar su vida, y puedan sentirse bien consigo mismos. Que los niños aprendan
a controlar sus emociones y se conozcan a sí mismos es algo muy positivo. Ya
que, poco a poco va tomando
más peso que los niños más inteligentes emocionalmente son más felices, tienen
más confianza en sí mismos, y obtienen mejores resultados académicos.
Una buena estrategia para que los niños pudieran
aprender a manejar su inteligencia emocional, es a través de un cuento. Gracias
al cuento, irían conociendo diferentes sentimientos y sensaciones, tales
como la vergüenza, la tristeza, la alegría, el miedo... e interiorizándolos
por medio de diferentes actividades como por ejemplo hacer que los niños canten
y bailen para que sientan y pierdan la vergüenza, o utilizar un dado con los
diferentes sentimientos para que aprendan a reconocerlos, poniendo la expresión
de cada sentimiento.
Después de todo lo que hemos ido viendo y
aprendiendo sobre la inteligencia emocional, nosotras hemos llegado a la
conclusión de que para un niño aprender a controlar sus sentimientos y
emociones, es imprescindible para que pueda avanzar y encarrilar su vida, y no
se rinda ante las dificultades, no tenga miedo de mostrar lo que siente,
aprenda a ver el lado bueno de las cosas…Además de ayudarles a conocerse a sí
mismos y así que puedan buscar y dedicarse a aquellas cosas que les hagan
felices, también, la inteligencia emocional, ayuda a los niños a saber el
estado de ánimo de las personas que les rodean, para que puedan ayudarlas, lo
que permitirá crear vínculos afectivos y crear relaciones con las personas de
su alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario